CERRO 1
Éste cerro se encuentra colocado del lado izquierdo de la hoja, al frente, El dibujo está delimitado por un trazo de sombra gris, que se eleva formando la cúspid. La superficie está coloreada de verde. Este color se concentra en algunas partes del dibujo, dando la idea de volumen con superficies irregulares. De acuerdo con el planteamiento de Galarza sobre la polivalencia de los glifos(1980: 25-29; 1992: 73-91), consideramos que puede cumplir dos funciones en el plano de transcripción sonora de la lengua, la primera como parte del nombre “Chalchiuhtepec”, registrado en el texto alfabético, del cual transcribiría la palabra “tepec”, de “tepetl”, “cerro”. La segunda, como marca pictográfica de uno de los dos lados que se ven en la escena, representados por los cerros y los árboles que tiene cada uno; y en el texto alfabético indicado en la palabra “necoccanpa” “ de ambas partes”, a una parte y a otra, de un lado y otro” (Molina, 1977: f. 65r) o “de los dos lados” (Galarza, 1980: 142).
CERRO 2
Este cerro se encuentra del lado derecho de la escena, en segundo plano unido al primero por superposición. Está delimitado por un trazo de sombra gris, que se eleva formando la cúspide. La superficie está coloreada de café claro. Este color se concentra en algunas partes del dibujo dando la idea de volumen con superficies irregulares. En todo su perfil se encuentran tres árboles. De acuerdo con el planteamiento de Galarza sobre la polivalencia de los glifos(1980: 25-29; 1992: 73-91), consideramos que puede cumplir dos funciones en el plano de transcripción sonora de la lengua, la primera como parte del nombre “Chalchiuhtepec”, registrado en el texto alfabético, del cual transcribiría la palabra “tepec”, de “tepetl”, “cerro”. La segunda, como marca pictográfica de uno de los dos lados que se ven en la escena, representados por los cerros y los árboles que tiene cada uno; y en el texto alfabético indicado en la palabra “necoccanpa” “ de ambas partes”, a una parte y a otra, de un lado y otro” (Molina, 1977: f. 65r) o “de los dos lados” (Galarza, 1980: 142).