Se toma el tercer glifo de este conjunto como representativo de los que conforman el compuesto glífico, ya que tiene los rasgos característicos de la planta en este documento y en otros Techialoyan. Está formado por un una planta de Maguey, delineada con negro y relleno de color verde. Las pencas del maguey representan con líneas verticales pequeñas, dibujadas en los contornos superiores, las espinas características de esta planta. Está formado por 7 pencas del lado izquierdo y 6 del lado derecho. En la parte superior, en posición vertical, se encuentra el dibujo del ombligo de la planta o meyalote.
Este glifo, tomado aquí como representativo, ocupa el tercer lugar de izquierda a derecha. Muestra la penca inferior del lado izquierdo un poco dirigida hacia el frente, dejando ver las dos orillas de la penca con espinas, dando con ello la idea de volumen de la planta y distribución de las hojas en torno a un centro. Esta forma de dibujo de la penca inferior da realismo al dibujo de la planta. El resto de la planta está dibujado alzado de perfil, con la perspectiva indígena tradicional. El dibujo de las pencas del lado izquierdo y derecho muestra el inicio en el centro, unas arriba de las otras, con lo que muestra que la planta tiene pencas alternadas.
El glifo de maguey se encuentra colocado casi al ancho de la escena, a partir del primer tercio inferior de la zona hacia arriba, ocupando dos terceras partes de ésta. Su base se encuentra colocada en una superficie horizontal sombreada con color verde poco más oscuro que las pencas, con lo que da la idea de ser el suelo sobre el que se encuentran plantadas. No tiene raíces dibujadas, al igual que las otras tres plantas.
El maguey como glifo tiene características compartidas con los documentos pictográficos mesoamericanos más tempranos. Mantiene la representación “alzado de perfil” de las pencas, como en el códice mendocino, salvo en la penca inferior izquierda que se encuentra un poco hacia el frente, dejando ver el volumen. Esta posición combinada con la indígena tradicional, muestra las nuevas características respecto a los documentos más tempranos, como el códice mendocino, donde no se busca dar la idea de volumen con la posición de las pencas.
La lectura de la planta independiente es “metl” “maguey”. La multiplicación de la planta, de acuerdo con Galarza y ratificado por la observación en este códice, cumple la función de duplicar la palabra como “meme…” El sufijo que indica nombre de lugar y de abundancia es -tla, que corresponde a lo que el Dr. Galarza reconoce como "economías de la escritura", existentes en todo sistema escrito.
La ausencia de raíces confirma lo que el Dr. Galarza encontró en los códices más tempranos de la Colonia y época prehispánica, es decir que cuando se representa la raíz se trata de plantas silvestres o no cultivadas, mientras que cuando se dibuja la raíz se trata de plantas cultivadas; lo que indica que fueron puestas ahí deliberadamente con diferentes finalidades, como pueden ser, su cultivo para explotación de la planta o en este caso para señalar el correr de los linderos. De esta manera, su ubicación en un terreno figurado con sombreados de color verde en el suelo de la escena, da la característica del lugar como lugar donde hay abundancia de magueyes “memetla”, condición que refuerza el texto en caracteres latinos incluido en la página que contiene también la palabra Memetla.
Junto con los demás magueyes, también sirve para objetivar la línea del lindero que se indica con las palabras "nenemi cohuaxochtli", "andan los linderos", que en estos documentos y en otros de la época colonial, escritos en caracteres latinos, es común encontrar describiendo el correr de los linderos donde hay una hilera de magueyes, situación que indica su ubicación en una línea horizontal en esta escena del códice.
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