La partera sostiene al bebé con su brazo derecho, mientras el izquierdo hace un gesto para indicar que tomará agua del lebrillo para bautizarlo. Sahagún (1989:I,433) por su parte indica: “…Y después de haber aparejado todo lo necesario para el bateo, luego se juntaban todos los parientes y parientas del niño, viejas y viejos, luego llamaban a la partera que era la que bautizaba a la criatura que había parteado”