Usado desde el Formativo Medio el enredo fue la prenda más común en el México antiguo. El torso se cubría con el huipil que era una túnica suelta, compuesta de dos o más lienzos añadidos, sin mangas, que caía a una altura que podía variar entre la rodilla y los tobillos.
En la imagen de este topónimo el huipil está cubierto por plumas de color amarillo.