En el libro séptimo de la “Historia General de las Cosas de Nueva España” el padre Sahagún trata de la “Astrología Natural que alcanzaron estos naturales”. Comienza por referirse al sol de la siguiente manera: “el sol tiene propiedad de resplandecer y de alumbrar, y de echar rayos de sí; es caliente y tuesta, hace sudar, pone hosco o loro el cuerpo y la cara de la persona.
Hacían fiesta al sol una vez cada año, en el signo que se llamaba mahui ollin, y antes de la fiesta ayunaban cuatro días como vigilia de la fiesta; y en esta fiesta del sol ofrecían incienso y sangre de las orejas cuatro veces, una en saliendo el sol, otra al medio día, y otra a la hora de vísperas y cuando se ponía. Y cuando a la mañana salía decían ¿Qué será, qué acontecerá en este día? Y a la puesta del sol, decían: ‘acabó su obra, o su tarea el sol’.
A las veces, cuando sale el sol parece de color de sangre y a las veces parece blanquecino, y a las veces sale de color enfermizo, por razón de las tinieblas o de las nubes que se le anteponen” (Op. Cit., 1975, Lib. VII, Cap. I, p. 431).
Esta representación del sol da la lectura de sagrado (teoyoh)