Es la cabeza de un varón con pelo largo atado, y con una cinta blanca alrededor de la frente que sostiene un adorno largo de forma rectangular, de color blanco. Es la cabeza de un sacerdote (quacuilli), que da la lectura intermedia del topónimo del que forma parte (Tepequacuilco).
De acuerdo con el diccionario de Simeon, el quacuilli era el sacerdote encargado de retirar las víctimas después del sacrificio y llevarlas a donde las hacían pedazos.