Díaz del C astillo indica que había en el mercado un lugar reservado a los cueros de jaguares, pumas y venados, entre otros, de los que señala que estaban “adobados” y sin “adobar”. Los curtidores usaban el excremento de hombre que se vendía en el propio mercado para realizar su especialidad . Trabajaban maravillosamente las pieles y lograban suavizarlas de tal manera que, según los cronistas, se podían hacer guantes con ellas.
Las pieles tenían múltiples usos, algunos de ellos muy importantes para los rituales y la preservación del conocimiento.