Este árbol se encuentra representado por un tronco y el follaje sin mostrar las ramas. No se observan ramas. Se encuentra en tercer lugar de izquierda a derecha y es el segundo que tiene marcadas las raíces de manera evidente con trazos negros sobre la superficie verde del piso. La presencia de raíces puede tener aquí dos posibilidades de lectura: una conservando las funciones de la escritura indígena más antigua, que al no tener raíces un árbol o y el otro sí, podría tratarse de una vegetación plantada junto a la silvestre, basados en la distinción ya encontrada por Galarza y reafirmada por Báez y Recillas (2000: 117) y Crespo (2010: f. 8r-f. 9v). La otra lectura posible es como un elemento de diferenciación para dar diversidad a la representación, sólo con la finalidad de particularizar cada objeto de la misma especie y evitar la monotonía, que también ha sido señalada por Galarza (1980) para los manuscritos Techialoyan.
Por otro lado, como lo encontró Galarza en el códice de Zempoala (1980: 61-65), y luego se ha verificado en el estudio de otros documentos Techialoyan (Béligand, 1993: 142-145; Crespo, 1996: 11-120; 2000, f 8r, f 9v; Báez y Recillas, 2000: 103-111) las plantas también cumplen la función de marcar los límites de las tierras pertenecientes a un barrio o pueblo.