La representación generalizada de la palabra consiste en una voluta diminuta emergiendo de la boca de uno o varios personajes. En términos generales tanto su forma como el color empleado determinaban el tipo de palabras o discurso expresado, es decir si la vírgula aparece distorsionada, rellena de puntos o en color rojo indica gravedad en las palabras; mientras que si la forma es finamente ondulada y coloreada en azul implica el uso de lenguaje claro y elegante. En la mayoría de las representaciones la vírgula se apoya con gestos del rostro o de las manos para indicar el tono del discurso, consistente en consejos para los niños, adolecentes y estudiosos del telpochcalli o el calmecac, tal y como se advierte en las primeras láminas de la tercera sección del Mendocino.