Muro u obra defensiva que rodea una plaza fuerte o protege un territorio.
Un muro es una “pared o tapia. Por su posición relativa y su función dentro del edificio, puede ser de fachada (o anterior), posterior, lateral, o medio, intermedio, de separación o divisorio, longitudinal, o transversal. Según sus cualidades estructurales, puede tratarse de uno de carga o cargante, o por el contrario, de uno de pantalla”. (Gendrop, Paul, Diccionario de Arquitectura Mesoamericana, 1997, Trillas, México, p. 142)
Generalmente se les representa con almenas en la parte superior, es decir, “cada uno de los merlones que coronan los muros de las antiguas fortalezas; servían para que los defensores se resguardasen tras de ellos. En México, adornos de techos o remates de pretil, hechos de piedra o barro cocido moldeado, particularmente abundantes en la tradición arquitectónica del altiplano central y que aparecían en calidad de coronamiento de edificios suntuarios o, excepcionalmente, de un coatepantli o ‘muro de serpientes’, a la manera de un almenado” (ibídem, pp. 16-17)