El templo que estaba dedicado a Tlaloc se localizaba al lado derecho, por la importancia de que tenia esta deidad entre la sociedad mexica, y su relación con la fertilidad, el Templo de Tlaloc compartía la cúspide del basamento con el templo de Huitzilopochtli. El edificio se representó con un dintel y una jamba en color azul, mismo elemento que también se asocia al dios Tlaloc.
La forma del glifo es un calli proyectado de frente, su lectura no esta presente directamente en el compuesto glífico, debido a que toda la estructura presenta una unidad mayor en su conjunto, el edificio en si, es un símbolo emblemático de la arquitectura mexica, que sintetiza aspectos religiosos y cosmogónicos.
Según Eduardo Matos Moctezuma, esta “dualidad” que se presentaba en el Templo Mayor, es decir la presencia de dos deidades importantes y a la vez tan opuestas debe a las principales actividades que ejercía este grupo: “[…] Partimos de un análisis de la sociedad mexica, del cual se desprendía que la supervivencia de la misma estaba basada en dos aspectos fundamentales: la producción agrícola y la guerra. De aquí se derivó la problemática inicial y a ella regresamos con una información más amplia y rica. Con ésta podemos aseverar que la presencia de Tláloc y Huitzilopochtli en el Templo Mayor con todo su contenido, está unida íntimamente al aspecto de la necesidad fundamental de la base económica en la que se sustenta el mexica […].” (1998:90). Así, Tláloc fue una deidad asociada a la fertilidad y al agua, elemento fundamental para las sociedades que basaban parte importante de su economía en la agricultura, y Huitzilopochtli fue la deidad guerrera de la cual legitiman su poder a través de la guerra y el dominio sobre otros grupos.