En la toponimia del Códice Mendoza se encuentran anotados diversos tipos de aves de las cuales se obtenían sus plumas y su carne se utilizaba, de muchas de ellas, como alimento. Entre las aves aquí representadas están desde los pequeños colibríes hasta las grandes águilas. También hay pericos, búhos, codornices, garzas y guajolotes. En otras fuentes como las Relaciones Geográficas de Oaxaca de 1777 -1778 (CIESAS, México, 1994) encontramos lugares que hacen referencia al quetzal como en el pueblo de Quetzaltepec.
Al respecto Seler señala que “los búhos grandes eran llamados tecolotl por los mexicanos, los más pequeños, las lechuzas, chicuatli o chichtli […] . El búho es el representante de la noche, de la oscuridad y de las poderosas fuerzas de la noche, por lo que se le dibuja con frecuencia en los manuscritos mexicanos y, como caso único de la especie, por lo regular se le muestra de frente. De preferencia se selecciona a la lechuza como prototipo de la especie. Como la noche, la oscuridad y la muerte estaban vinculadas, en no pocas ocasiones vemos al búho representado con una calavera en vez de cabeza” (Seler, 2004, pp. 190-191).
Con respecto al colibrí indica que “se llamaba uitzitzilin en mexicano, y según su color se distinguían diferentes especies, el quetzaluitzilin con cola y espalda de color verde metálico, el tleuitzilin con la garganta de color cobre rojizo como brazas de carbón ardiente, y otras” (Op. cit., 2004, p. 146).
Al referirse a los guajolotes Seler comenta que “en mexicano, el guajolote se llama uexolotl, y la gallina o la especie de los guajolotes en general, totolin, lo cual originalmente debe de haber sido pájaro en general, porque tototl es lapalabra común para las aves de cualquier especie” (Op. cit., 2004, p. 198).