En los códices mesoamericanos la huella del pie humano se representa a través de la curva que queda al pisar con el pie desnudo, a la cual se le añaden cinco pequeños puntos para indicar los dedos del pie.
De forma alternada haciendo énfasis en las marcas de los pies (derecho o izquierdo) se indicaba la dirección en los caminos o representar acciones. En documentos más tardíos estas huellas de pie fueron acompañadas o sustituidas por herraduras de caballo.