En el topónimo de Olinalan se encuentra representado el glifo de movimiento refiriéndose a los terremotos. “Cuando temblaba la tierra luego tomaban a sus niños con ambas manos, por cabe las sienes, y los levantaban en alto; decían que si no hacía aquello que no crecerían y que los llevaría el temblor consigo.
También cuando temblaba la tierra rociaban con agua todas sus alhajas, tomando el agua en la boca y soplándola sobre ellas, y también por los postes y umbrales de las puertas y de la casa; decían que si no hacían esto que el temblor llevaría aquellas cosas consigo; y los que no hacían esto eran reprendidos de los otros; y luego que comenzaba a temblar la tierra comenzaban a dar grita, dándose con las manos en las bocas, para que todos advirtiesen que temblaba la tierra” (Op. Cit., 1975, Lib. V, Cap. XII, p. 281).