“Los búhos grandes eran llamados tecolotl por los mexicanos, los más pequeños, las lechuzas, chicuatli o chichtli […] . El búho es el representante de la noche, de la oscuridad y de las poderosas fuerzas de la noche, por lo que se le dibuja con frecuencia en los manuscritos mexicanos y, como caso único de la especie, por lo regular se le muestra de frente. De preferencia se selecciona a la lechuza como prototipo de la especie. Como la noche, la oscuridad y la muerte estaban vinculadas, en no pocas ocasiones vemos al búho representado con una calavera en vez de cabeza” (Seler, 2004, pp. 190-191).