“Sólido que tiene por base un polígono cualquiera; sus caras (tantas en número como los lados de la base) son triángulos que se juntan en un solo punto, llamado vértice, y forman un ángulo poliedro; si la base es un cuadrilátero, ésta se llama cuadrangular; si un pentágono, pentagonal, etc. En Mesoamérica, se denomina así a cualquier basamento monumental, compuesto de un solo cuerpo o varios cuerpos (usualmente escalonados), ya sea de base cuadrangular, redondeada o aun circular, compuesta, etc., ya posea o no restos de templo (o templos) en su nivel superior. (Gendrop, Paul, Diccionario de Arquitectura Mesoamericana, 1997, Trillas, México, p. 160)
En algunos casos se trata de templos, es decir, de un “edificio de uso público o privado, dedicado al ejercicio de un culto religioso determinado. En Mesoamérica suele realzarse mediante una voluminosa plataforma, un basamento piramidal escalonado u otra construcción elevada, por lo que se le llama pirámide” (Ibidem, p. 197).
En este caso está leído como teopancalli (templo)