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Ficha del compuesto glífico
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Lectura |
Nemamictiliztli |
Dimensión |
Normal |
Proyección |
Mixta |
Asociación |
Por contacto |
Orientación |
Mixta |
Tipo de compuesto glífico |
ceremonia |
Descripción |
representacion de una pareja sentada sobre un petate, la cual llevan amarradas las vestiduras. esta escena representa el momento cumbre de la ceremonia del matrimonio, con esta accion se expresaba simbolicamente que los novios ya estaban casados.
Matrimonio prehispanico
El nemamictiliztli (Molina 2004:68) o matrimonio, al igual que el Baño es otro de los rituales registrados en el Códice Mendocino, además de ser continuamente mencionado por diferentes cronistas del siglo XVI (Durán, Fray Diego, Cap.XII, p.366-368, Zorita, Alonso de, Cap.VII, p.108.) , debido a la importancia que tenia la ceremonia para los indígenas y su reiterada realización en varias partes de Mesoamérica, principalmente en el altiplano central (Acuña: 1985: Relación de Epezoyuca, p.86, Tepuztlan p.187, Ichcateupan p.266, Tlacotepeque p.301, Tetela p.310-311) y en la Mixteca Baja (Acuña:1984, relación de Juxtlahuaca,282) El matrimonio prehispánico era un evento que se encontraba estructurado por varios momentos de los cuales el Códice Mendocino solo registra cuatro, tres en la foja 61r y uno en la foja 68r, estas escenas tiene estrecha relación con el relato recogido por Sahagún, el cual indica en su obra libro VI, cap. XXIII.
Esta ceremonia iniciaba cuando los padres del joven mexica, determinaban que era tiempo de casarlo, por lo cual hablaban con él y le trasmitían la decisión que ellos habían acordado, luego empezaban a cumplir los requisitos para poder llevar a cabo el casamiento, primeramente preparaban una reunión en la cual joven mexica solicitaría autorización a los encargados del telpochcalli, para separarse de esta institución, por lo cual ello se elaboraban molli, cacao y tabaco, además el muchacho debía dar a sus maestros una hacha de cobre y mantas, esta reunión fue registrada por el Códice Mendocino en la foja 68r, por lo cual dicha escena formaría parte de la ceremonia del matrimonio.
Obtenida la autorización del telpochtlatoque, los padres del muchacho, buscaban a las ciuatlanqui (Molina 2004:23) quienes eran las encargadas de representar a la familia del novio y de ir a solicitar a la muchacha que se había elegido; parte del protocolo consistía en que, el padre la muchacha no aceptara la propuesta de matrimonio a la primera vez, sino debía negarse varias veces, hasta cuatro veces, antes de otorgar una respuesta favorable a las ciuatlanqui, el padre de la novia se reunía con sus familiares más ancianos, después de consultarlos se aceptaba la propuesta. Después estos ancianos consultaban al tonalpouque con el fin de que determinara el día propicio para llevar a cabo el casamiento.
El día de la boda muy temprano llegaban a casa de la novia, los invitados, a los cuales se les ofrecía de comer y beber pulque; por la tarde la muchacha era bañada, y se le ponían plumas rojas en los brazos y en el rostro magagita, a las mujeres muy joven se le pintaba la cara con tecozahuitl, después se ponía un petate frente al fogón donde se sentaba a la novia, de ahí los ancianos empezaban a darle una serie de consejos; al anochecer llegaban las ciuatlanqui por la novia para llevarla a la casa del novio. Las casamenteras llevaban una manta llamada tilquemitl, en donde se ponía a la novia, para que fuera cargada por una de estas mujeres, junto con las ciuatlanqui iban las teciua moncava (Molina 2004:76), acompañante de la novia, quienes llevaban cada una un ocopilli, antorcha de ocote; este momento es el que represento el tlacuilo en la foja 61r, del Códice Mendocino, donde se aprecia a la ciuatlanqui cargando a la novia y a cada lado dos teciua moncava. Esta es una escena donde los personajes son representados de perfil, tratando de hacer ver, que la casamentera iba al centro de la procesión y a cada lado se encontraba una fila de teciua moncava.
Otro momento del matrimonio, es el representado en el Mendocino, en donde los novios se encontraban sentados, en un petate frente al fogón, la novia a la izquierda y el novio a la derecha; ahí era cuando la mamá del novio, ponía a la novia un hupilli y un enredo y la madre de la novia, le ponía al marido de su hija un maxtlat y un tilma, después una de las ciuatlanqui amarraba las vestiduras de los novios, lo cual era señal de que estaban casados, este era el momento central y de mayor importancia de la ceremonia. En otras regiones los contrayentes eran llevados al templo y era un sacerdote quien los casaba delante la representación de una deidad; (Acuña: 1984: 310-311).entre los miembros de la nobleza tenían la obligación de hacer esta ceremonia, pues de no realizarla su matrimonio no tenía validez y sus hijos eran considerados como ilegítimos. (Soustelle, 2006: 181)
Posteriormente la mamá del hombre lavaba la boca a la novia, y le daba tamales, para que comieran su esposo y ella, después los ancianos, familiares del novio le daban una serie de consejos a la muchacha, mientras el novio era aconsejado por su suegra, dichos consejos fueron plasmados pictográficamente a través de los cuatro ancianos de los cuales salen vírgulas azules de su boca. La escena del Mendocino, es representada de vista de frente, en donde los personajes se encuentran de perfil, la disposición esta tiene relación con lo mencionado por Sahagún en cuanto que los parientes masculinos del novio daban consejos a la novia y el novio oía consejos de los familiares femeninos de novia. Para los pueblos prehispánicos esta ceremonia tuvo gran relevancia por su relación con el ciclo de vida, por lo cual se sigue realizando actualmente en la comunidad nahua de Piltepeco, como lo relata la Sra. María Catarina Bravo. (Sra. de 78 años, habitante de Piltepeco, comunidad nahua ubicada en la huasteca hidalguense, ella se caso según el rito indígena, además ha participado como testigo de esta ceremonia de su comunidad, se le agradece compartir su experiencia, para este trabajo, así mismo se le agradece a la señora Magdalena Bautista su apoyo como intérprete de la lengua náhuatl).
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Comentario |
Matrimonio indígena en Piltepeco
Relato de la Sra. María Catarina Bravo. (Sra. de 78 años, habitante de Piltepeco, comunidad nahua ubicada en la huasteca hidalguense, ella se caso según el rito indígena, además ha participado como testigo de esta ceremonia de su comunidad, se le agradece compartir su experiencia, para este trabajo, así mismo se le agradece a la señora Magdalena Bautista su apoyo como intérprete de la lengua náhuatl).
“Yo me case a los catorce años, me case bien casada, no como ahora que las muchachas se van con el novio, antes no íbamos al baile, como ahora, por eso no se casan como debe ser”.
Antes el hombre elegía con quien casarse o lo decidían sus padres, se buscaba a una muchacha que fuera trabajadora y linda; cuando el muchacho aceptaba a la muchacha, que le había escogido sus papás o estos daban su consentimiento para que se casara con la mujer que él había elegido, entonces iban a la casa de ella, a pedirla, esto de preferencia se hacía en domingo, porque ese día no se trabajaba, ahí los recibía el padre de la muchacha, a quien le decían “mira que mi hijo se quiere casar con tu hija”, la respuesta era negarse, pues no le iban dar a su hija a la primera, le decían, “mira que no se puede porque ella es muy chica y todavía no se quiere casar, ni sabe ni moler” oído esto el muchacho y sus acompañantes se retiraban y volvían a ir al otro domingo.
Aquí el padre de la muchacha les volvía a dar una respuesta negativa, diciéndoles, “mi chiquilla dice que no quiere, pues qué más quisiera, ya ven a mi hija, no la puedo obligar;”a esto el papá del muchacho les decía “piénselo bien y después nos volvemos a dar otra vuelta”. Había familias que hacían dar muchas vueltas al hombre y a sus padres, hasta siete o diez veces iban a pedir a la muchacha.
Antes de la siguiente visita, el padre le decía a su hija, “mira hija que ese muchacho y sus papas han venido muchas veces”, entonces la muchacha tomaba una decisión o de plano los padres la obligaban a aceptarlo. En ocasiones otros muchachos que se llegaban a enterar que cierta muchacha la estaban pidiendo, y si a él le gustaba, empezaba hacer competencia por ser aceptado por ella, esta competencia terminaba hasta que la mujer se decidía por uno de los dos.
El muchacho y sus padres, regresan a la casa de la muchacha el domingo, si ella ya había aceptado, los padres de él preguntaban cuantas veces tenían que venir a dejarle algo [esto era comida y bebidas con la cual acordaban la unión], los futuros consuegros respondían, “déjalo platicar con mis compadres, haber que dice, venga dentro de ocho días y ya le tendremos una respuesta”, pero si la contestación era negativa, el muchacho seguía intentándolo. Luego los padres de ella y los padrinos, se juntaban para ponerse de acuerdo y decía, “pobrecito ha venido muchas veces, pues que vengan solo tres veces”; pero había familias que decían diferente, “pues que vengan siete veces o más, que gaste así como yo gaste en criar a mi hija”.
Llegado el domingo se presentaba el novio y sus padres, llevaban chiquihuite con pan, aguardiente, tabaco o cigarros, refrescos; los papás de la muchacha les indicaban cuando empezaría ir, si iba ser cada ocho o quince días, y a qué hora; además acordaba cuantas personas estarían presentes como testigos del futuro casamiento. El primer domingo llegaba el novio y sus padres a la casa de la muchacha, ahí los esperaban la novia y sus padres además de los que serian los testigos, para esta ocasión el novio llevaba un galón de aguardiente, chiquihuite de pan, tabaco o cigarros, cecina de puerco, todo esto dependiendo de la economía del novio.
El último domingo llegaba el novio con sus padres y padrinos, esto para acordar la fecha del matrimonio, durante esta visita la madrina le entregaba a la novia un chiquihuite con ropa, aretes, collar, hilos que antes las mujeres hacían [de algodón] y que ahora compran y cordeles para el pelo. Después de acordado el día para el casamiento, los papás del novio empiezan a visitar a sus parientes más cercanos, para pedirle que le ayuden, les decía “que su hijo se quiere casar, y si les pueden dar dinero, aguardiente, pan y refrescos”.
“¡A mí me fueron a pedir cinco veces, yo ni me entere!, como era chica y huérfana todo lo vio mi mamá, me entere que me iba casar hasta cuando ya fueron por mí, para llevarme a la casa de mi marido, al que conocí ese día. “El día que me case, yo andaba jugando con mis hermanas y a lo lejos oíamos los cuetes y la música, pero no pensaba de se trataba, cuando de repente me llevaron a bañar al pozo, regresando ya había mucha gente en mi casa, ahí mi mamá me dijo que venían por mí, porque me iba a casar; me sentaron en un petate y empecé a llorar, porque no me quería casar, entonces la madrina de mi marido me empezó a poner la ropa que se usa para las bodas, de ahí me llevaron hasta la casa de mi marido”.
El día de la boda, los novios se van temprano a Huautla, para casarse al registro civil; regresan a veces después del medio día, ya que nos queda lejos, se llegaba a la casa de la novia, la cual enseguida era llevada a bañar al pozo.
Mientras de la casa del novio sale una procesión, la cual se hace acompañar de música de violín y cohetes, en la procesión van los padres del muchacho, con sus padrinos y parientes, con ellos traen un chiquihuite con ropa para la novia; el objetivo de esta era ir por la novia para llevarla a la casa del muchacho. Al llegar la procesión a su destino, pone frente al altar un petate nuevo, en donde sientan a los novios, ahí la madrina del novio empiezan a vestir a la muchacha, le pone su huipilli y enagua de boda también la peina y le pone sus gallitos [adorno para el pelo, hechos de madera con forma de gallos].
Terminada de vestirla recogen el petate y todos salen en procesión con música y cohetes hacia la casa del novio, para entonces empieza anochecer; Al llegar, vuelven a poner el petate frente al altar y los novio se vuelven a sentar, entonces la madrina de la novia le entrega al novio su camisa, calzón de manta o pantalón, guaraches, sombrero, pañuelo, machete, así mismo la madrina del novio da a la novia un huipilli, enagua, reboso, servilleta, cordeles para el pelo, aretes, collar, peine, morral, molcajete, metate y cazuelas; esto mismo realizan los invitados a la ceremonia; la ropa se la van poniendo a los esposos, las demás cosas se las ponen enfrente de ellos o a un lado.
En un momento de la fiesta, se llevan a un abuelito , ante los novios, para que les diga unos de consejos; El abuelito empieza diciendo “les voy a dar unos consejo, así como a mí me lo dijeron, antes los abuelos”.
Al muchacho le dacia:
• Elegiste a ella, así que tienes que respetarla, no le debes de pegar, tienes que cuidarla.
• Tienes que levantarte temprano para ir a la milpa, pues tienes que sembrar muchas cosas para comer.
• Que las cosas que siembres, tu mujer deberá cocinártelos, para que sigas trabajando.
• No deben de dormir hasta tarde (aquí se dirige a los dos).
A ella le indicaba:
• Debes atender a tu esposo, le tienes que dar de comer y lavarle la ropa.
• No le respondas y trata de llevarte bien con su familia.
• Debes cuidar de los hijos que tengan.
• Cuando vayas al pozo no te distraigas.
• No seas floja, atiende tu casa y a tu marido.
Al otro día la novia tiene ir con su madrina, por agua al pozo, esto para lavarles la cara a su esposo y a los presentes en la ceremonia, para esto usamos una jícara pintada, la cual era especial para esta ocasión; “yo le tuve que ir durante cuatro días, muy temprano hasta Zacatipa , a lavarle la cara a la madrina de mi marido, esto por cuatro días, mientras que a mi mama solo lo hice una vez. Con esto se termina la fiesta”. La ceremonia que se lleva a cabo en Piltepeco, presenta mucha semejanza con el registro realizado por Sahagún, entre las similitudes se encuentran:
• La participación que tiene los padres, ancianos y demás familiares durante el desarrollo de la ceremonia.
• La solicitud varias veces de la novia
• La estructuración de los tiempos y pasos, en que se realiza el matrimonio.
• El empleo del espacio domestico y el cambio un espacio por otro, de la casa padre al del marido.
• La búsqueda y traslado de la novia,
• La entrega de indumentaria, de la familia de la novia al novio y viceversa.
• El otorgamiento de consejos por parte de un anciano
• La disposición de los contrayentes en un petate.
Estas semejanzas permiten observar una persistencia y continuidad de elementos culturales provenientes de la época prehispánica presentes en el matrimonio indígena de Piltepeco; a su vez se dejaron atrás características prehispánica que identificaban a este evento como:
• El uso de intermediarios para pedir a la novia.
• El amarre de las vestiduras de los novios.
• El llevar a cuesta a la novia.
En el desarrollo del matrimonio en Piltepeco, se aprecian cambios históricos- culturales, como son:
• El cumplimiento de la obligación cívica, de realizar el matrimonio civil, antes que el tradicional.
• La presencia de un nuevo personaje, la madrina, la cual tiene una importancia y peso en las decisiones que se toman en cuanto a este evento.
De esta manera podemos observar la continuidad de ritos y costumbres de origen prehispánico, pese al paso de los siglos, siguen presentes y con gran arraigo entre las comunidades indígenas, aunque han sufrido algunos cambios propios del devenir histórico del país, estos no han afectado del todo la esencia de las costumbre de estos pueblos. |
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Ficha de lectura del compuesto |
Palabra Náhuatl |
Nemamictiliztli |
Traducción |
Matrimonio |
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Glosa |
Imagen de la glosa |
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Paleografía |
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